jueves, 26 de julio de 2012

Capítulo 8. Zombie.


Tengo los intensos ojos del color de un verde bosque que posee Brian escrutándome sin prisa. Tienen incluso un efecto hipnótico,porque cuanto más los miro,menos me apetece dejar hacerlo. Estamos sumidos en un extraño silencio. Nos envuelve,pero no nos desagrada. A mí de hecho,me provoca una extraña sensación de bienestar,que hace tiempo que no siento. Puede que años. Por eso no es de extrañar que me fastidie cuando Brian rompe esa ausencia de sonido tan cómoda.
  • Ah.
Sólo dice eso. Me esperaba muchas reacciones. Decepción al averiguar que lo que algún día pudo ser amor ya no existe. Sorpresa,por saber que fue amado. O incluso una disculpa por ser el que siempre ha sido,y ahora curiosamente ya no es. Cualquier cosa menos una aceptación tan llana y falta de sentimientos.
Regresamos de nuevo a ese estado de meditación silenciosa. Sin embargo,para mí ya no es lo mismo. Ahora estoy insatisfecha por su respuesta y me rebullo incómoda en el banco. ¿Cómo puede una noticia así no afectarte ni un poco?Necesito una explicación.
  • Ya sé que nunca te he atraído ni siquiera un poco,pero podrías mostrar un poco de interés cuando reconozco que alguna vez te quise.
Esta vez ya ni se molesta en mirarme.
  • Es algo más complicado que eso.
  • Ya. Brian,¿tú crees que soy inteligente?
Alza las cejas sorprendido.
  • Desde luego.
  • Entonces intenta explicarme qué pasa por tu cabeza cuando me dices que es complicado.
Espero poder entenderlo. No me gustaría haber presumido tanto de mi inteligencia y presionado al chico para que me abra su corazón,para luego demostrar todo lo contrario. Jugueteo con mi manos nerviosa,a la espera de cualquier confesión. Pasado un rato veo que no sucede nada,y miro por el rabillo del ojo al chico. Brian agacha la cabeza compungido.
  • April,¿tú sabes las repercusiones que nos traerá tu negativa a la boda?
Me fijo en que dice repercusiones que NOS traerá. Eso incluye a más personas además de mí. Empiezo a sentirme realmente mal. Imaginaba que nos afectaría a ambos,pero dicho de su boca suena aún más terrible.
  • Soy una malvada egocéntrica.
Brian esboza una leve sonrisa y me acaricia la mejilla con suavidad. El contacto físico con él ya no repele,y queda demostrado,porque me invade una gran bienestar con ese sencillo gesto.
  • No más que los demás. Lo que me suceda me lo he buscado yo solito.
Cuanto retira su mano de mi rostro y se acaban las caricias,siento el impulso de pedirle que las repita. No obstante,sé que no es el momento,ni la persona más adecuada,ya que aún me duelen los recuerdos del pasado.
No está tan mal que recupere la compostura. Necesito centrarme en sus palabras,y así no podía hacerlo. Intento recordar su explicación para tranquilizarme,pero no he estado muy atenta. No puede ser que se esté culpando a sí mismo. Es lo más bobo que he escuchado nunca.
  • ¡Qué dices!
  • Tú me querías. Si yo te hubiese tratado bien,a estas alturas estaríamos a un paso del altar.
En cierto modo,tiene razón. Supongo que con que él no me hubiese despreciado y humillado de esa forma,habría bastado. Yo lo quería,y creía que él me quería a mí,aunque no fuese cierto. Así que,sí,seguramente nos hubiésemos casado,yo enamorada,y él no. Suena bastante triste,y como yo tengo tendencia a cargar todo el peso de la culpa sobre mis espaldas,le resto importancia a su mal comportamiento.
  • No te creas. Me alegro de haberme dado cuenta. No me gustaría vivir por nada del mundo una mentira,y encima en algo tan personal como mi vida personal.
Brian se pone cómodo en el banco. Estira las piernas y los brazos y se recuesta un poco.
  • Querrás decir que vivirías una mentira más.
La forma de recalcar esa última palabra,y el énfasis que le ha concedido a cada una de ellas,me desboca el corazón. Miro asustada a ambos lados por si alguien a escuchado lo que acaba de insinuar el chico sentado a mi lado. No hay nadie. Los niños juegan vigilados por sus padres en un área de recreo situada a unos treinta metros. Lo suficientemente lejos para poder saber con tranquilidad que no nos han oído. Me vuelvo hacia Brian,que me contempla divertido. Lo fulmino con la mirada en pocos segundos.
  • ¡¿Estás loco?! Alguien podría haber escuchado eso. Y tendrías muchos problemas.
  • No hay nadie,Ap. Además,en menos de un año tendremos problemas más serios.
Resoplo contrariada.
Si alguien hubiese oído a Brian criticar el sistema conmigo,podría denunciarlo a la justicia. Y allí lo acusarían de incitar en mí ideas anti-sistema,o nos acusarían a ambos de conspiración contra el gobierno. Los dos casos son considerados actos de maldad,y ya sabemos lo que hacen aquí con la maldad.
  • Se me olvidaba que siempre has sido un rebelde.
  • No tanto como tú,nena.
Esa intencionada voz sensual acompañada de un ridículo guiño de ojo consiguen sacarme una sonrisa y una risita. Pero de las de verdad,y hace mucho que no veo una. A veces,los absurdos de mamá y papá me provocan alguna,pero consigo reprimirla. Con esta es que no puedo.
  • De eso nada. Yo cumplo todas las normas.
  • ¿Yo no?
Brian finge sentir una profunda indignación. Voy a mencionarle que sé de sobra que a la regla doce no le ha hecho mucho caso. Sin embargo,no puedo llevar a cabo mi cometido. Las palabras se amontonan en mi garganta pero no pueden pasar,porque se me ha formado un nudo. El recuerdo de aquella tarde aún duele y mucho. Siento que falta el aire,y me escuecen los ojos. Tengo que salir de aquí. Me levanto sin decir nada y empiezo a adentrarme entre las encinas plantadas a conciencia para conceder al parque un aspecto más natural. Oigo que Brian me llama de lejos. Sigo caminando y aumento el ritmo. Me invade un profundo malestar,precedido por un intenso mareo del que no consigo deshacerme. Cuando empiezo a notar que el paisaje a mi alrededor se difumina,me tambaleo y busco apoyo en el árbol que tengo más cerca. Creo que es un roble.
No sabía que aquel recuerdo estaba aún tan fresco y doloroso en mi corazón. Un montón de sensaciones desagradables me ascienden por el esófago y al final acabo expulsándolas por la boca,en forma de vómito. Lo contemplo pasmada. No vomitaba desde los siete años. Tal vez sea un cúmulo de cosas. Y por desgracia,descubro que lo único de lo que se ha deshecho mi cuerpo es del desayuno y el almuerzo de hoy,porque las sensaciones desagradables siguen ahí,atropellándose en mi garganta. Apoyo la espalda contra el tronco del árbol y voy deslizándome por él hasta sentarme el suelo. Allí abrazo mis piernas con los brazos,y descubro que los sollozos alivian un poco el nudo en la garganta. Así que empiezo a sollozar muy bajito. Me da vergüenza que alguien me vea así.
Y así me encuentra Brian,hecha un asco. Tanto por fuera,como por dentro. Se agacha muy despacio para sentarse junto a mí,tal y como yo hice antes con él. Me abraza sin apretar demasiado,no vaya a quebrarme los huesos. Parezco tan frágil en ese momento. Realmente lo soy. Pasa sus dedos con suavidad entre mi pelo,y me deja llorar hasta que no me quedan fuerzas.
  • Lo siento. Lo siento de veras.
Hago un esfuerzo por responder,a pesar de que tengo la garganta muy seca y con sabor a lágrimas.
  • ¿Por qué?¿Por qué me hiciste aquello?
  • Era un estúpido. Había descubierto como funciona todo esto,me sentía tan impotente que tenía que rebelarme. No era nada contra ti,créeme. Supongo que me sentía tan frustrado que lo pagué contigo. Estaba tan acostumbrado a ti,a tu presencia,que no te valoraba. Era como si formases parte del sistema,me viniste dada con él.
  • ¿La querías?- Pregunto con voz débil.
     http://www.youtube.com/watch?v=6Ejga4kJUts

No hay comentarios:

Publicar un comentario