Tengo
los intensos ojos del color de un verde bosque que posee Brian
escrutándome sin prisa. Tienen incluso un efecto hipnótico,porque
cuanto más los miro,menos me apetece dejar hacerlo. Estamos sumidos
en un extraño silencio. Nos envuelve,pero no nos desagrada. A mí de
hecho,me provoca una extraña sensación de bienestar,que hace tiempo
que no siento. Puede que años. Por eso no es de extrañar que me
fastidie cuando Brian rompe esa ausencia de sonido tan cómoda.
- Ah.
Sólo
dice eso. Me esperaba muchas reacciones. Decepción al averiguar que
lo que algún día pudo ser amor ya no existe. Sorpresa,por saber que
fue amado. O incluso una disculpa por ser el que siempre ha sido,y
ahora curiosamente ya no es. Cualquier cosa menos una aceptación tan
llana y falta de sentimientos.
Regresamos
de nuevo a ese estado de meditación silenciosa. Sin embargo,para mí
ya no es lo mismo. Ahora estoy insatisfecha por su respuesta y me
rebullo incómoda en el banco. ¿Cómo puede una noticia así no
afectarte ni un poco?Necesito una explicación.
- Ya sé que nunca te he atraído ni siquiera un poco,pero podrías mostrar un poco de interés cuando reconozco que alguna vez te quise.
Esta
vez ya ni se molesta en mirarme.
- Es algo más complicado que eso.
- Ya. Brian,¿tú crees que soy inteligente?
Alza
las cejas sorprendido.
- Desde luego.
- Entonces intenta explicarme qué pasa por tu cabeza cuando me dices que es complicado.
Espero
poder entenderlo. No me gustaría haber presumido tanto de mi
inteligencia y presionado al chico para que me abra su corazón,para
luego demostrar todo lo contrario. Jugueteo con mi manos nerviosa,a
la espera de cualquier confesión. Pasado un rato veo que no sucede
nada,y miro por el rabillo del ojo al chico. Brian agacha la cabeza
compungido.
- April,¿tú sabes las repercusiones que nos traerá tu negativa a la boda?
Me
fijo en que dice repercusiones que NOS traerá. Eso incluye a
más personas además de mí. Empiezo a sentirme realmente mal.
Imaginaba que nos afectaría a ambos,pero dicho de su boca suena aún
más terrible.
- Soy una malvada egocéntrica.
Brian
esboza una leve sonrisa y me acaricia la mejilla con suavidad. El
contacto físico con él ya no repele,y queda demostrado,porque me
invade una gran bienestar con ese sencillo gesto.
- No más que los demás. Lo que me suceda me lo he buscado yo solito.
Cuanto
retira su mano de mi rostro y se acaban las caricias,siento el
impulso de pedirle que las repita. No obstante,sé que no es el
momento,ni la persona más adecuada,ya que aún me duelen los
recuerdos del pasado.
No
está tan mal que recupere la compostura. Necesito centrarme en sus
palabras,y así no podía hacerlo. Intento recordar su explicación
para tranquilizarme,pero no he estado muy atenta. No puede ser que se
esté culpando a sí mismo. Es lo más bobo que he escuchado nunca.
- ¡Qué dices!
- Tú me querías. Si yo te hubiese tratado bien,a estas alturas estaríamos a un paso del altar.
En
cierto modo,tiene razón. Supongo que con que él no me hubiese
despreciado y humillado de esa forma,habría bastado. Yo lo quería,y
creía que él me quería a mí,aunque no fuese cierto. Así
que,sí,seguramente nos hubiésemos casado,yo enamorada,y él no.
Suena bastante triste,y como yo tengo tendencia a cargar todo el peso
de la culpa sobre mis espaldas,le resto importancia a su mal
comportamiento.
- No te creas. Me alegro de haberme dado cuenta. No me gustaría vivir por nada del mundo una mentira,y encima en algo tan personal como mi vida personal.
Brian
se pone cómodo en el banco. Estira las piernas y los brazos y se
recuesta un poco.
- Querrás decir que vivirías una mentira más.
La
forma de recalcar esa última palabra,y el énfasis que le ha
concedido a cada una de ellas,me desboca el corazón. Miro asustada a
ambos lados por si alguien a escuchado lo que acaba de insinuar el
chico sentado a mi lado. No hay nadie. Los niños juegan vigilados
por sus padres en un área de recreo situada a unos treinta metros.
Lo suficientemente lejos para poder saber con tranquilidad que no nos
han oído. Me vuelvo hacia Brian,que me contempla divertido. Lo
fulmino con la mirada en pocos segundos.
- ¡¿Estás loco?! Alguien podría haber escuchado eso. Y tendrías muchos problemas.
- No hay nadie,Ap. Además,en menos de un año tendremos problemas más serios.
Resoplo
contrariada.
Si
alguien hubiese oído a Brian criticar el sistema conmigo,podría
denunciarlo a la justicia. Y allí lo acusarían de incitar en mí
ideas anti-sistema,o nos acusarían a ambos de conspiración contra
el gobierno. Los dos casos son considerados actos de maldad,y ya
sabemos lo que hacen aquí con la maldad.
- Se me olvidaba que siempre has sido un rebelde.
- No tanto como tú,nena.
Esa
intencionada voz sensual acompañada de un ridículo guiño de ojo
consiguen sacarme una sonrisa y una risita. Pero de las de verdad,y
hace mucho que no veo una. A veces,los absurdos de mamá y papá me
provocan alguna,pero consigo reprimirla. Con esta es que no puedo.
- De eso nada. Yo cumplo todas las normas.
- ¿Yo no?
Brian
finge sentir una profunda indignación. Voy a mencionarle que sé de
sobra que a la regla doce no le ha hecho mucho caso. Sin embargo,no
puedo llevar a cabo mi cometido. Las palabras se amontonan en mi
garganta pero no pueden pasar,porque se me ha formado un nudo. El
recuerdo de aquella tarde aún duele y mucho. Siento que falta el
aire,y me escuecen los ojos. Tengo que salir de aquí. Me levanto sin
decir nada y empiezo a adentrarme entre las encinas plantadas a
conciencia para conceder al parque un aspecto más natural. Oigo que
Brian me llama de lejos. Sigo caminando y aumento el ritmo. Me invade
un profundo malestar,precedido por un intenso mareo del que no
consigo deshacerme. Cuando empiezo a notar que el paisaje a mi
alrededor se difumina,me tambaleo y busco apoyo en el árbol que
tengo más cerca. Creo que es un roble.
No
sabía que aquel recuerdo estaba aún tan fresco y doloroso en mi
corazón. Un montón de sensaciones desagradables me ascienden por el
esófago y al final acabo expulsándolas por la boca,en forma de
vómito. Lo contemplo pasmada. No vomitaba desde los siete años. Tal
vez sea un cúmulo de cosas. Y por desgracia,descubro que lo único
de lo que se ha deshecho mi cuerpo es del desayuno y el almuerzo de
hoy,porque las sensaciones desagradables siguen ahí,atropellándose
en mi garganta. Apoyo la espalda contra el tronco del árbol y voy
deslizándome por él hasta sentarme el suelo. Allí abrazo mis
piernas con los brazos,y descubro que los sollozos alivian un poco el
nudo en la garganta. Así que empiezo a sollozar muy bajito. Me da
vergüenza que alguien me vea así.
Y
así me encuentra Brian,hecha un asco. Tanto por fuera,como por
dentro. Se agacha muy despacio para sentarse junto a mí,tal y como
yo hice antes con él. Me abraza sin apretar demasiado,no vaya a
quebrarme los huesos. Parezco tan frágil en ese momento. Realmente
lo soy. Pasa sus dedos con suavidad entre mi pelo,y me deja llorar
hasta que no me quedan fuerzas.
- Lo siento. Lo siento de veras.
Hago
un esfuerzo por responder,a pesar de que tengo la garganta muy seca y
con sabor a lágrimas.
- ¿Por qué?¿Por qué me hiciste aquello?
- Era un estúpido. Había descubierto como funciona todo esto,me sentía tan impotente que tenía que rebelarme. No era nada contra ti,créeme. Supongo que me sentía tan frustrado que lo pagué contigo. Estaba tan acostumbrado a ti,a tu presencia,que no te valoraba. Era como si formases parte del sistema,me viniste dada con él.
- ¿La querías?- Pregunto con voz débil.http://www.youtube.com/watch?v=6Ejga4kJUts
No hay comentarios:
Publicar un comentario